Quienes acuden a nuestra clínica podológica en Bilbao suelen pensar que los problemas que afectan a los pies no tienen mayor repercusión para su estado general de salud. Sin embargo, el estado de nuestros pies puede condicionar nuestra calidad de vida de una forma más determinante de lo que imaginamos. No olvidemos que los pies soportan el peso de todo nuestro cuerpo, y que cualquier desplazamiento que realicemos por nosotros mismos estará poniendo a prueba esta parte de nuestra anatomía.
Así, a día de hoy, nuestra sociedad está relativamente concienciada acerca de la importancia que tiene cuidar de su salud bucodental o la de su visión, y lo hacen realizando revisiones regulares a las consultas de dentistas u oftalmólogos. Pero, por el contrario, los pies siguen estando muy lejos de recibir la atención que merecen. En muchas ocasiones, solo acudimos al podólogo cuando nuestro problema resulta evidente y realmente molesto, o incluso, en ciertas ocasiones, por indicación expresa del médico de atención primaria.
Además, el podólogo no se ocupa exclusivamente de las patologías que afectan exclusivamente al pie. Su intervención también resulta beneficiosa a la hora de tratar ciertas patologías de nuestro organismo cuya sintomatología se extiende hasta nuestras extremidades inferiores. Según los especialistas, los pies son un indicador de la salud general del organismo, y determinados tratamientos podológicos pueden redundar en una mejora del nivel de bienestar de ciertos enfermos (diabéticos, personas con psoriasis, artritis y otras enfermedades sistémicas).
Ante cualquier problema o molestia al andar, una simple visitar a nuestra clínica podológica en Bilbao puede revelar su causa. Posteriormente, siguiendo un tratamiento eficaz oportuno, podremos experimentar una mejora en nuestro bienestar, comodidad, y salud general.
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